La comercialización de los vinos de acogidos a la Denominación de Origen Toro continúa con una tendencia positiva según los datos recogidos a 30 de septiembre de 2017, con un aumento global de las ventas del 12.07% con respecto al mismo periodo del año anterior.
En los nueve primeros meses del presente año se han vendido 9.030.000 botellas con la tirilla expedida por al Consejo Regulador de Toro, en su mayoría correspondientes a los vinos calificados como tintos jóvenes y tintos robles. Estas categorías – que desde el presente ejercicio se computan de forma separada- suponen 7.385.000 botellas, frente a las 632.500 botellas de 2016, esto es, un 13.57% más.
Los vinos calificados como Reserva, cuyas ventas ha aumentado el 50%, y aquellos Gran Reserva también han experimentado una tendencia al alza, aunque la cuantía total de estos vinos con respecto al global no es representativa. Sin embargo, se espera que en el último trimestre del año las ventas de los vinos de largo envejecimiento aumenten, ya que es la época de mayor consumo de este tipo de elaboraciones.
Una cosecha más corta de lo esperado
La vendimia en la Denominación de Origen Toro está durando menos de lo esperado, debido a la corta producción de la presente cosecha, que en la actualidad, y con ocho bodegas abiertas, alcanza los 15,5 millones de kilos.
La razón de la escasa cosecha no es otra que la extrema sequía que se registra desde principios de año, así como las heladas tardías que afectaron a ciertas áreas de la Denominación de Origen.
Según el presidente de la D.O. Toro, Felipe Nalda, “la uva es de una calidad sanitaria excelente”, sin embargo, “las acideces tenderán a ser algo más bajas de lo habitual y es necesario controlar el PH para obtener vinos bien equilibrados, frescos y adecuados a los gustos actuales”.