Luis Gutiérrez apuesta por la diferenciación, la elegancia y el carácter propio en los vinos

El catador de la prestigiosa revista americana ‘The Wine Advocate’, Luis Gutiérrez, ha estado esta semana en el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Toro, donde ha valorado alrededor de 100 vinos.

Luis Gutiérrez cree en el enorme potencial de la D.O. y ha comentado que “el secreto es encontrar tu carácter, tu estilo y la diferenciación”. En este sentido, piensa que durante demasiados años “hemos estado buscando parecernos a otros. Te pierdes al final en un montón de vinos que son todos muy iguales y yo creo que ahora lo que el mercado pide es diferenciación”. “Porque si todos son iguales, el consumidor se va a lo más barato y ya está”, ha sentenciado el catador para Robert Parker.

Aunque para Gutiérrez es complicado hacer una valoración inicial general de los vinos de la Denominación de Origen Toro que ha catado, por la variedad de estilos y calidades que al final marcan una jerarquía, cree que se va avanzando hacia la diversidad.

La cuestión es buscar la elegancia porque la potencia ya te la da la tierra, el clima, las cepas… La concentración la aportan las cepas viejas y todo lo que hay aquí de forma natural”, explica.

Luis Gutiérrez ha destacado que ahora los vinos de Toro son más elegantes y reflejan más las características propias de cada añada. Los vinos de la cosecha 2013, que fue una añada más fría, con más lluvia, son más ligeros que los de 2012, una añada más caliente y madura, a caballo entre 2011 y 2013. “Eso es lo que a mí me interesa, que lo que pone en la etiqueta, que es el sitio y la añada, se refleje en el vino”, incide.

Según Luis Gutiérrez, en Toro tiene que haber una potencia con una rusticidad, que es lo que marca el estilo, buscar el equilibrio y la elegancia, que el vino sea agradable, fresco y con buena acidez. “Yo creo que la acidez es muy importante, sobre todo para los vinos que queremos que acompañen a una comida. Tiene que ser fresco, si es pesado cuesta mucho beberlo”, añade.

La apuesta por las variedades autóctonas es un gran punto a favor para los vinos de la D.O. “Normalmente las uvas tradicionales que han estado mucho tiempo en la zona se han adaptado bien, están aquí por algo, entonces suele haber una buena adaptación, que no quiere decir que otras uvas no puedan funcionar”, dice el catador de The Wine Advocate.

Recalca que las zonas de España que apostaron por variedades francesas son las que más están sufriendo más a nivel comercial. Para Luis Gutiérrez la clave es clara: “Diferenciación, carácter, ‘bebilidad’, frescura, equilibrio y vinos de placer”.